sábado, octubre 16, 2010

Bajo las nubecitas, parte tres de miles.

Típico. Sola de noche con el clásico nudo en la garganta que se produce en el momento exacto en que me doy cuenta que estoy repitiendo la historia. Típico. Estoy repitiendo la historia. Entonces ahora es cuando decido. Típico. Cierro los ojos con fuerza y me tapo los oidos para que ya no me suene tu voz, y al mismo tiempo te conviertes en un eco que me está llenando. No tan típico, pero predecible. Entonces ahora es cuando decido y vuelvo a prometerme que no voy a dejar que te acerques y suelto una lágrima con rabia porque no logro entender por qué me quitas la coraza. Para nada típico.

Me dejo caer sobre la cama con la mirada fija en el techo tratando de encontrar el segundo preciso en el que te convertí en lo que ahora eres para mi, pero termino encontrando un lugar que solo visito en sueños y por alguna razón te encuentro ahí.

Despertar y que no estés es triste, pero esa es la parte buena. Me imagino que despertar contigo debe ser desolador.