viernes, agosto 29, 2008

Bajo las nubecitas, parte uno de miles.

Los viernes siempre son especiales. Llego a mi casa o a tu casa o llegas a tu casa o a mi casa. Sea trágico o no, las tragedias traen recuerdos de lejos que salen volando aunque me los trague.
Bajo las nubecitas de viernes me desvanezco ante mis ojos como la arena se desvanece en el mar. Bajo el cielito muerto te robo un beso y nos convertimos de pronto en algo más poético que la química en nuestros químicos.
Un día sin lluvia.
Y fin de la historia. Porque las historias siempre se terminan demasiado rápido y quiero que siempre estés donde te pueda ver, iluminándome, y por eso no puedo dejar que te vayas.
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